Restauración del Régimen

La reforma constitucional, enviada por el presidente de México en 39 páginas, intenta cambiar aspectos de energía restaurando monopolios ya superados desde 1997. Su propuesta es renacionalizar el sector eléctrico para que CFE ya no sea una “empresa productiva del estado”, sino autoridad y parte a la vez. 

Con la eliminación de los órganos reguladores como la Comisión Nacional de Hidrocarburos, todas las inversiones hechas en México, incluso las realizadas antes de la reforma energética de 2013, serán canceladas si prospera esta idea de resucitar el monopolio estatal. 

El objetivo de la reforma es que el gobierno sea el único suministrador o vendedor final de electricidad a hogares y empresas, a pesar de que no tiene la capacidad de hacerlo. De aprobarse esta regresión, el gobierno comprará la energía faltante y la venderá con absoluta discrecionalidad y opacidad.

Hasta los usuarios que quieren poner paneles solares en sus casas se verán afectados, y no nada más las grandes empresas que han hecho inversiones en energías renovables, ya que con solo anunciar que se quiere retroceder hasta 1992 (cuando el presidente Salinas dio el primer paso para que la iniciativa privada participara en el sector energético) se ha generado incertidumbre jurídica que ocasiona mal ambiente de negocios para todos los que tenían planes de invertir en México. Esto ralentiza la recuperación económica, atrasa al país y aumenta el desempleo.

Mientras se discute esta reforma en el Congreso, nuestro país perderá competitividad, tiempo y desarrollo tecnológico, pues los ciudadanos que tenían planes de contribuir a mejorar el medioambiente y ahorrar recursos instalando paneles solares o aerogeneradores para producir limpiamente su propia energía y vender la sobrante perderán su impulso, frenando y acotando su creatividad y emprendimiento social.

La citada iniciativa deja mal parado a México ante los socios internacionales que han firmado el Tratados de Libre Comercio, pues esta reforma viola diversos capítulos en materia de energía y de inversiones. 

Por otro lado, hoy en día está demostrado que lo más importante es que mejore la economía de las familias con los mejores productos tanto por su calidad como por su costo accesible. 

No tiene ninguna ventaja nacionalizar, estatizar o re-expropiar la producción y venta de energía si se pierde la seguridad energética de las familias. Más bien, en la medida en que existan más productores y vendedores de energía habrá competencia en un mercado con reglas claras y justas, ofreciendo diversas opciones a los consumidores.

Tiene razón Roger Bartra al señalar que el presidente “es un pepenador buscando malas ideas en el basurero de la Historia” y que “estamos ante un intento de restauración del antiguo régimen autoritario tal y como existía en los años 70´s”.

Quien ha viajado a los EE. UU. y Europa ha visto cómo ha proliferado el establecimiento de paneles solares y aerogeneradores en los últimos años. El mundo desarrollado está volcado a mejorar el ambiente del planeta, porque sabe que la eficiencia económica va de la mano con la participación de todos para evitar el calentamiento global. Serán los diputados federales los que tendrán que decidir lo mejor para los mexicanos, más competencia y libertad o regresar al siglo XX. 

Twitter: @basiliodelavega